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Problemas de alimentación en los desórdenes dentro del Espectro de Autismo

Problemas de alimentación en los desórdenes dentro del Espectro de Autismo

Es común que los niños en el espectro autista presentan problemas para comer. Esto puede causar conflictos a la hora de comer o dificultades para que coman una variedad saludable de alimentos.

 

Por: Yadira M. Rentas
Terapeuta Ocupacional

La inhabilidad para alimentar un hijo es algo que preocupa a los padres y cuidadores de un niño. Esta preocupación es mayor cuando ese niño o niña está presentando retraso en su desarrollo o tiene un diagnóstico de un Desorden dentro del Espectro de Autismo (DEA).

Es común que los niños en el espectro autista presentan problemas para comer. Esto puede causar conflictos a la hora de ingerir alimentos o dificultades para que coman una variedad saludable de alimentos. Los problemas de alimentación surgen debido a dificultades motoras, la manera en que interpretan la información sensorial y las reglas sociales a seguir durante el periodo de comer en familia, la escuela o un lugar público.

El proceso de comer no es sencillo; es un acto que integra destrezas motoras, procesos sensoriales y el comportamiento social. Tiene un orden de desarrollo en cuanto a la madurez del mecanismo oral. Cuando los músculos de los labios, mejillas, paladar, lengua y cuello tienen un tono muscular adecuado, ya el niño o la niña puede manejar todo tipo de alimento en un periodo de 20 minutos. El niño tiene la capacidad de hacer un bolo de comida adecuado y tragarlo sin ahogarse. Si un niño tarda más de veinte minutos en comer toda una comida, esto es un indicador de que puede estar presentando un problema de alimentación.

Hay quienes presentan dificultad en los procesos sensoriales y esto afecta que consuma una variedad de alimentos. Los alimentos tienen texturas, olores, consistencias y temperaturas diferentes. Por ejemplo, algunos niños prefieren los alimentos crujientes, otros solo aceptan alimentos majados y otros solo líquidos. Algunos prefieren tragarse el alimento sin masticarlo para sentirlo dentro de la boca el menor tiempo posible. Otros son sensibles al olor y sabor de los alimentos.

El acto de comer también tiene un componente social dado que se da en un entorno donde hay reglas y conductas que seguir en cuanto al manejo de los utensilios, la manera y el orden de consumir los alimentos y cómo nos comportamos. El ambiente en el lugar de comer también ofrece información visual y auditiva. Todos estos sentidos deben estar funcionando adecuadamente para poder disfrutar de los alimentos y de la actividad de comer.

Estos son algunos indicadores que pudiera presentar un niño o niña con problemas de alimentación:

  • Tarda más de veinte minutos en comer toda la comida.
  • Expresa que la comida “apesta”, siente náuseas de solo ver u oler la comida.
  • Prefiere alimentos de restaurantes de comida rápida a los hechos en casa.
  • Es selectivo con las marcas de los alimentos o con los sabores, por ejemplo, se inclina por alimentos salados o dulces.
  • Prefiere que le den la comida a pesar de tener la capacidad para autoalimentarse.
  • No quiere tocar los alimentos con sus manos.
  • Lamen los alimentos como por ejemplo la sal en las galletas o superficies como espejos, la piel de otros, el piso u otras superficies.
  • Mastica las carnes y luego las bota.
  • No come cuando está en un lugar que no es su hogar.
  • Evade comer unos alimentos en particular, por ejemplo, no come carnes o vegetales o frutas.
  • Llora al momento de comer.
  • Come lo mismo todos los días.
  • Es selectivo con quién prepara el alimento. Ejemplo, solo come la avena que hace la abuela.
  • Le molesta que los alimentos se toquen en el plato o no puede “combinar” los alimentos. Ejemplo, come pan y jamón, pero no puede comer un sándwich de jamón.

 

Si el niño o niña presenta una o más de estas conductas, se recomienda a los padres que se orienten o busquen que el menor se refiera una evaluación en el área de Disfagia Pediátrica.

A continuación, se presentan algunas recomendaciones que pueden ayudar a manejar los problemas alimenticios:

  • Trabaje en lograr que el niño se siente a la mesa con la familia y coman juntos al menos una vez al día.
  • Ofrézcale los alimentos que acepta comer y que puede comer sin problema.
  • No insista en ofrecerle alimentos que no acepta. El estar sentado a la mesa lo expondrá a los olores de otros alimentos. Si el niño muestra interés por alguno, permítale probar un pedacito. No le ponga en el plato nada que el niño no coma.
  • Exponga al niño a los ingredientes de cocinar de manera incidental: ayudar a poner el jamón y queso en un “sandwich” para darle a mamá o papá; echar la cebolla al bistec, hacer galletas o romper un huevo.
  • No lo felicite ni regañe si come o no come.
  • No hable del tema frente a su niño.
  • Ofrézcale 3 comidas y 3 meriendas al día.
  • Si le gusta consumir leche u otros productos derivados, baje la cantidad que toma a un máximo de 24 a 32 onzas diaria (incluyendo la leche en cremas, yogurt etc.).

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