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Prevención de abuso sexual infantil en las familias

Prevención de abuso sexual infantil en las familias

Por: Dra. Rebecca M. López Bobonis
Psicóloga Escolar, Certificada en Abuso Sexual
Asociación de Psicología de Puerto Rico

Cada semana nos exponemos a noticias relacionadas a algún tipo de maltrato infantil, entre ellos, el abuso sexual. Para el 2015 se reportaron 1,372 casos de abuso sexual en el Departamento de la Familia. El 79% de las víctimas que reciben servicios en la sala de emergencias son menores de 18 años (Centro de Ayuda a Víctimas de Violación, 2018). El abuso sexual a menores es todo acto cometido contra un menor dirigido a satisfacer la lascivia del adulto, o adolescente cuando es 5 años mayor que su víctima. El mismo se manifiesta de diversas formas, que pueden ir desde comentarios sexuales, hasta eventos más traumáticos y difíciles como el acto sexual abusivo. Antes se tenía la idea de que los que abusaban a nuestros menores eran personas desconocidas. Sin embargo, lamentablemente estadísticas apuntan a un 73% aproximadamente de estos casos son cometidos por personas allegadas a la familia (vecinos, líderes de la comunidad religiosa, padrastros/madrastras) incluso familiares directos, entiéndase padres, madres, abuelos, entre otros.

El abuso sexual como modalidad de maltrato infantil, puede tener secuelas a corto y largo plazo en nuestros niños y niñas. Entre las manifestaciones emocionales se encuentra niños que pueden presentar conductas agresivas, aislamiento, tristeza, miedo, conductas regresivas, conductas sexualizadas no esperadas para su edad, culpa, entre otros. De igual forma podrían presentar bajo aprovechamiento académico, distracción, etc. En el caso de abuso sexual en el varón, como resultado de ese abuso, este puede poner en duda su masculinidad ya que socialmente no se espera que el varón “sea abusado”, sea “débil”, “que siempre esté preparado para el sexo”, que no exprese emociones, entre otras ideas que han sido construidas socialmente y que ponen al varón en una posición de vulnerabilidad. A eso se le suma que, si manifestó alguna reacción sexual ante el evento de abuso, puede pensar que es homosexual por eso.

Debido a que el abuso sexual es un tipo de maltrato que puede ocurrirle a cualquier niño o joven, se hace imprescindible hablar del tema con nuestros hijos a modo de prevención. Háblele a su hijo e hija sobre el hecho de que su cuerpo es suyo y nadie puede tocarlo sin su consentimiento (excepto en situaciones como una cita al doctor, y en ese caso siempre estará acompañado de papá, mamá o encargado); háblale sobre los toques buenos (un abrazo) y los toques malos (aquellos que nos hacen sentir incómodos); y sobre los secretos buenos (una fiesta de cumpleaños sorpresa) y secretos malos (aquellos que no hablarlos nos hacen sentir mal o asustados). Además, oriente a su hijo o hija a que, de ocurrirle algo, siempre busque ayuda en aquellas personas en quien confía (papá, mamá, algún otro familiar, psicóloga o Trabajadora Social de la escuela, o maestras, etc.). Y sobretodo, de ocurrir el abuso, no lo confronte con su alegado agresor/a, créale, agradécele que haya confiado en usted para decirle, déjele saber que el abuso sexual nunca es su culpa y denúncielo inmediatamente al Departamento de la Familia (787)749-1333 o a Delitos Sexuales. De igual forma, puede llamar a la línea de orientación a Víctimas de Delitos Sexuales (787)343-0000. Recuerde, la prevención de este tipo de maltrato infantil nos toca a todos y todas, y hablarlo puede ayudar a que el abuso se detenga. Protejamos a nuestros niños y jóvenes.

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