Manejo de Bebés Lactados en el Cuido
Los bebés lactados están acostumbrados al contacto físico y a que se les cargue en brazos. El amamantamiento es una de las herramientas de la crianza de apego donde hay un alto contenido de tacto y contacto, y en donde se desarrolla un vínculo muy fuerte entre mamá-bebé. Esto es un aspecto que la persona que habrá de encargarse del cuido del bebé, mientras mamá trabaja o estudia, lo debe tener en cuenta.
Para que se facilite la transición del bebé con la cuidadora, que en muchos casos es un familiar (abuela, tía, etc.) o algún centro de cuido diurno, para todos los casos, debe existir una planificación previa y una comunicación efectiva entre ambas partes. Es muy importante que este cuidador reconozca el impacto que va a tener en la vida de este bebé, ya que va a ser la persona con la que el bebé se va a relacionar, fuera de sus padres y, en poco tiempo habrán de formar un fuerte vínculo social. Es una relación que provee el cimiento de todas las demás relaciones en la vida de ese bebé. Así de importante y significativo es esto. Por lo tanto, los padres deben darle la importancia que tiene y conversarlo con el cuidador que seleccionen.
Algunas características que debemos observar en este cuidador son: Apoya la lactancia como el mejor método de alimentación – aunque nunca haya lactado, respeta la forma como esa mamá decidió alimentar su bebé. Le da el valor que merece la leche materna – eso significa que reconoce que esa mamá se sacrifica mucho por recolectar la leche para su bebé, por lo tanto, no la desperdicia y la considera «oro» líquido. Sirve de estímulo a la mamá – la alienta y reconoce su esfuerzo. Reconoce que la autoridad reside en los padres – obedece las instrucciones que le indican los padres y nunca toma decisiones sin consultar con estos.
Lo que nunca debe ocurrir:
Decirle a la madre, “trae un poco de fórmula, por si acaso”, comparar con otros bebés, desperdiciar leche, insistir la introducción de sólidos antes del tiempo que la madre-médico determinen, agrandar el agujero que trae la mamadera, mezclar leche con otros sabores; ej. cereal, calabaza, etc.
Si el bebé está en un centro de cuido, se recomienda que el cuidador a cargo del infante siempre sea el mismo, que haya consistencia e uniformidad. Esto le brinda confianza y seguridad al bebé.
Para facilitar la transición del bebé al nuevo ambiente, se recomienda que días antes de comenzar el proceso de cuido, este cuidador observe la relación de la mamá-bebé, ej, forma de cargar al bebé, cómo es el contacto visual, juegos que hace, palabras que le dice, canciones que le canta, rutinas, etc. La idea es que el cuidador imite estas acciones y actividades con el bebé también, de tal manera, que el bebé se sienta protegido y en confianza con lo que ya reconoce. Otra sugerencia es comenzar a cuidar el bebé solo unas horas al día y luego ir aumentando las horas hasta llegar al día completo. Para satisfacer la necesidad de ser cargado, se puede incorporar el uso del «cargador de tela» (hamaca), lo cual es excelente para mantener al bebé cerca y a la vez deja las manos libres del cuidador para hacer otras cosas.
Para alimentar al bebé en el cuido se puede utilizar un biberón, vaso pequeño y hasta gotero, pero lo más utilizado es el biberón. Algunas recomendaciones para la alimentación con botella son:
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Colocar al bebé lo más parecido a la forma de amamantar: cabeza más alta que el resto del cuerpo, utilizar una almohada o cojín de lactar, poner música, abrazar al bebé, mantener contacto visual, acariciarlo, tocarlo, hablarle, calentar un poco la mamadera, presentarle la botella y estimular el labio superior del bebé para que abra la boca, permitir que el bebé se prenda a la mamadera en vez de introducirla.
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Servir cantidades compatibles con el peso del bebé.
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La temperatura de la leche debe ser parecida a la del pecho de mamá.
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Después de cada onza de leche, interrumpir la alimentación para sacar gases (bebés 2-3 meses).
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No insistir a que se tome toda la leche.
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Si se toma toda la leche rápidamente, no pensar que necesita más leche.
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Cambiar la posición de un lado a otro entre cada alimentación.
El cuidador no puede amamantar ni dar el apego que mamá daría pero, el tiempo que pase con el bebé va a ser más fácil y placentero si se responde en forma similar a como lo hace mamá.