La mujer ante la experiencia de una separación o divorcio
La separación o el divorcio representan una crisis o una pérdida que implica cambios para todos los integrantes de la familia, incluyendo a la mujer. Esta puede provocar una serie de emociones o síntomas como lo son la tristeza, ansiedad, irritabilidad, coraje, frustración, melancolía, autoestima baja, incertidumbre, sentimientos de inseguridad, de soledad y de fracaso. No obstante, la manera de reaccionar ante una separación o divorcio, dependerá de varios factores, como lo son: las creencias de la mujer, edad, experiencias antes, durante y después del divorcio, nivel de resiliencia, entre otros. Es decir, si la mujer piensa » para ser feliz tengo que mantener mi relación de pareja» «me casé para toda la vida» «lo peor en esta vida es no tener pareja o ser una mujer divorciada» » si me separo, mis hijos se afectarán de por vida»; entonces, tendrá mayor dificultad para superar la separación. La edad de la mujer cuando se da la separación o divorcio, puede tener un impacto en la manera de ver la experiencia. La mujer joven puede mirar su futuro con optimismo porque entiende que al tener tiempo podrá rehacer su vida, mientras que la mujer mayor puede pensar que tiene menos oportunidades para lograrlo. Las experiencias de maltrato, de violencia doméstica, infidelidad por parte de su pareja, pueden acentuar mayor dolor emocional; por ende, mayor dificultad para superarlo. La resiliencia es la capacidad para asimilar, adaptarse y superar las situaciones difíciles de la vida. En la medida, que exista mayor resiliencia en la mujer, mayor habilidad tendrá para retomar las riendas de su vida. Es importante entender, que toda persona tiene el derecho y la capacidad para reconstruir su nueva etapa de vida. El tiempo que tome superar la pérdida puede variar en cada individuo.
¿Cómo podemos recuperarnos?
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Reorganiza tu vida (a nivel familiar, financiero, etc.).
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Fortalece los lazos afectivos con tu grupo de apoyo (familiares, amistades, entre otros). Si es necesario, amplia la red de apoyo.
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Establece prioridades.
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Toma control de tus emociones (conversa, escribe en un diario, realiza técnicas de relajación).
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Identifica los aspectos positivos que existen en tu vida.
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Revisa tus creencias y pensamientos que pueden entorpecer tu recuperación y modifícalos.
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Fortalece tu autoestima.
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Realiza actividades divertidas y relajantes.
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Retoma los sueños y metas olvidadas o no alcanzadas.
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Si tienes hijos, infórmate sobre cómo ayudarlos.
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Si bien es cierto, que debes mantener comunicación con tu ex-pareja para tratar todo lo relacionado a los hijos, no se recomienda mantener vínculos de otro tipo, porque puede fomentar un estancamiento que se traduzca en la dificultad para retomar tu nueva etapa de vida.