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La Maternidad: una etapa hermosa

La Maternidad: una etapa hermosa

La experiencia de la maternidad sin duda alguna produce un cambio intenso en la vida de la mujer. Culturalmente se espera que de forma natural afloren los instintos maternales tan pronto nace un bebé. Desde edades tempranas las niñas son introducidas al mundo de la maternidad mediante juegos y muñecas. Sin embargo nadie nos dice cuan duro es ser madre. En los espacios de la maternidad no hay lugar para hablar de la realidad: forjar un ser humano es una tarea sumamente difícil.

La maternidad es una etapa hermosa, pero tan pronto entras en ella te das cuenta que está llena de retos que te ponen a prueba una y otra vez. Ser madre es una transición que hace que tus días cambien. No hay realmente una rutina y nuestros hijos hacen que la vida se torne impredecible.

La maternidad es una etapa hermosa pero está llena de temores y dudas. Todos los días te preguntarás a ti misma si lo estás haciendo bien, o como lo puedes hacer mejor. Buscarás leer artículos, libros, consejos que te ayuden a mejorar. Dudarás de ti y tus capacidades aun cuando estabas segura que sabías todo lo relacionado a la maternidad.

La maternidad es una etapa hermosa, pero no es perfecta. La perfección de la maternidad es un mito que nos han enseñado y a las madres nos resulta muy estresante mantener ese estándar de perfección. La maternidad tiene altas y bajas, días de tristeza, días de felicidad, días de ánimo y descanso y días de desvelo, ojeras y cansancio. Tu casa no estará inmaculada nuevamente y si lo está es posible que no dure mucho tiempo así, porque en corto tiempo toda tu mañana de limpieza quedara transformada por juguetes en el suelo. Probablemente pasará mucho tiempo antes que puedas dormir una noche completa, porque aunque tu hijo ya duerma la noche, te sorprenderás levantándote en medio de ella solamente para asegurarte que respira.

La maternidad es hermosa, pero como cualquier otra actividad requiere de contante compromiso y palmadas de ánimo, requiere de llamar a tu mejor amiga o a ese alguien especial para simplemente desahogar cuán agotada estas. La maternidad muchas veces está rodeada de lágrimas, algunas de felicidad por los logros del niño y otras de tristeza cuando nuestros hijos comienzan a saborear los momentos agridulces de la vida.

La maternidad muchas veces puede estar lejos de lo que nos imaginamos pero es igualmente grandiosa y hermosa porque resalta nuestra humanidad, nuestro esfuerzo y nuestro crecimiento. La maternidad es hermosa porque aunque complicada llena la vida de una emoción distinta, cuando miras los ojos de tu hijo te das cuenta que no hay espacio para rendirse, cobras ánimo, te motivas y no dudas ni un instante en hacerlo todo una y otra vez.

Ser madre y ejercer la maternidad es una bendición, un privilegio, pero más que todo una decisión que tomas cada día. ¡Gracias por Maternar!

 

Por: Dra. Fermina L. Román
Psicóloga Perinatal

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