Importante mantener las actividades diarias dentro del hogar para personas adultas con discapacidad intelectual
Por: Lynmar De Jesús Lebrón, OTL
Terapeuta Ocupacional Licenciada y Coordinadora de Servicios de Terapia Ocupacional
División de Servicios a las Personas con Discapacidad Intelectual
Departamento de Salud de Puerto Rico
El aislamiento social y el confinamiento en hogares para evitar el contagio y la propagación del coronavirus que causa el COVID-19, también ha tenido un efecto en la rutina diaria de las personas adultas con discapacidad Intelectual (DI).
Esta población lleva día a día una rutina de actividades del diario vivir bien configuradas, y que de la “noche a la mañana”, esa rutina ha sido alterada, y en muchos casos, limitada. Los adultos con discapacidad intelectual tienen diferentes capacidades cognoscitivas, y en la mayoría de los casos, se les hace muy difícil el poder entender por qué ya no pueden hacer sus actividades cotidianas. Por tal motivo el profesional de terapia ocupacional tiene un rol esencial en el seguimiento a brindar a esta población.
Para estos profesionales representa un reto ofrecer servicios de manera remota dado el mantenimiento, desarrollo y fortalecimiento de múltiples destrezas en diferentes áreas adaptativas. Esta nueva realidad de trabajo ha requerido desarrollar destrezas y estrategias de parte del terapeuta ocupacional para la continuidad de las terapias dentro de los hogares como por ejemplo:
- Actividades de integración sensorial para promover el desarrollo de las destrezas motoras finas y gruesas, donde se estimula en forma controlada los sentidos para normalizar las funciones que afectan su postura, equilibrio, balance, coordinación, percepción, atención, aprendizaje, entre otras. Para este tipo de destrezas se les asigna actividades de destreza manual, juegos terapéuticos, ejercicios en mesa, entre otras.
- Actividades para el mantenimiento de destrezas de higiene o cuidado propio, donde se trabajan destrezas de higiene oral, baño, peinarse, vestirse, uso del inodoro, alimentación, acicalamiento, mantenimiento y uso de artículos de cuidado personal, entre otras.
- Actividades para el mantenimiento de destrezas de cuidado y mantenimiento del hogar como barrer, mapear, fregar, lavado de ropa, doblar ropa, vestir la cama, limpieza de superficies, preparación de alimentos, mantenimiento del patio, entre otras.
Resulta beneficioso que los participantes con discapacidad intelectual realicen diariamente este tipo de actividades, ya que los ayuda a que no pierdan las destrezas ya adquiridas y no retrocedan en sus niveles de funcionamiento.
Los padres o encargados de los adultos con DI son parte esencial en todo este proceso. Esta población requiere de apoyo o de asistencia para llevar a cabo sus actividades de vida diaria. El cuidador necesita del profesional de terapia ocupacional para que le brinde las estrategias para el manejo del paciente en el hogar, y a su vez el profesional necesita del cuidador para conocer las ejecuciones del mismo y de esta manera revisar el plan de intervención.
Por tal motivo se utilizan diversas estrategias y metodologías de servicio a través de la tecnología como por ejemplo llamadas telefónicas, mensajería de textos y otras aplicaciones, correos electrónicos para seguimiento y diálogo con los participantes y cuidadores, así como para envío de actividades con las instrucciones y los pasos a seguir. También es de gran utilidad los videos grabados por los propios terapeutas para ejecutar en el hogar.
El método virtual de teleterapias se está utilizando para mantener un vínculo entre el profesional de terapia ocupacional y el participante ya que permite que se pueda escuchar y ver la actividad o terapia en el momento que se está ejecutando. Las aplicaciones tales como Zoom, videollamadas o videoconferencias por WhatsApp o Messenger, Skype, entre otras son las de mayor disponibilidad y uso.
Cabe destacar que siempre se solicita evidencia a los padres o encargados de los resultados de cada una de las actividades a través de fotos o videos, para así el terapeuta pueda documentar en sus expedientes clínicos los debidos reportes de progreso y ejecución. Este tipo de solicitudes y comunicaciones siempre están enmarcadas en el cumplimiento de legislaciones aplicables, tales como la Ley HIPPA.