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Entendiendo las rabietas

Entendiendo las rabietas

En algún momento todos los padres hemos experimentado las rabietas en nuestros pequeños. Todo aparenta estar en perfecto orden y de la nada algo ocurre que desestabiliza por completo nuestro pedacito de cielo,  los juguetes vuelan, se tira al suelo, se hala el pelo y comienza un llanto indescriptible, intentamos, hablar, calmar, negociar e incluso imponernos pero nada parece funcionar. Nos preguntamos entonces ¿Qué estamos haciendo mal? y ¿Qué puedo hacer para mejorar este escenario?
Primeramente debes saber que las rabietas son completamente normales. Las rabietas signos positivos y expresivos de una personalidad en formación. Las mismas son parte del proceso madurativo del cerebro y la personalidad. El cerebro humano tiene una parte que se llama la corteza pre frontal que está encargada de regular las emociones y controlar el comportamiento social de las personas, pero un dato muy importante es que es la última parte del cerebro en desarrollarse ya que comienza a madurar a eso de los 4 años de edad. Este dato nos da una idea de porque a los niños en edad pre escolar les resulta tan difícil controlar sus emociones y mucho más su propio comportamiento.
En segundo lugar en edades pre escolares los niños tienen lo que llamamos pensamiento mágico, mientras que los adultos nos caracterizamos por el pensamiento lógico. Lo que quiere decir que eventos que para nosotros resultan simples u ordinarios pueden ser frustrantes, confusos e incluso aterradores para los niños provocándole altos niveles de estrés. El estrés a su vez estimula la producción de cortisol. El cortisol aumenta la presión sanguínea,  aumenta el ritmo de la respiración y nubla el pensamiento. ¿Imagina estos efectos en un pre escolar? Sin duda alguna resultará en una rabieta. Ahora entendiendo mejor que las rabietas son procesos biológicos y casi inevitable resulta interesante conocer ¿Qué podemos hacer los padres? Aquí algunas estrategias para prevenir la rabieta.
•Si el niño tiene retraso del habla, haga una evaluación lo antes posible. Niños con retraso en el lenguaje tienden a tener rabietas más frecuentes dado a que no pueden expresar sus emociones. 
• Asegúrate que el niño haya descansado lo suficiente.
•Cada padre conoce su niño y sabe que cosas le causan frustración,  tratemos de minimizarlas antes de que ocurran.
•Permítele anticipar lo que va a ocurrir. Esta simple herramienta puede evitar numerosas rabietas. Recuerda que los niños no manejan bien los cambios. Por ejemplo si estás dándole un baño y le encanta el agua, puedes decirle «cuando termine de lavar tu pelo vamos a secarte con la toalla» en vez de sacarlo abruptamente de la bañera. Incluso puedes permitir que se despida del agua. «Vamos a decirle adiós al agua, adiós agua! Venimos mañana».
•Habla en positivo. Los niños detestan la palabra NO y muchas veces pueden imponerse. Hablemos en positivo. En vez de decir «no corras, di camina».
•Es necesario ajustar nuestra vida y nuestro hogar al niño. Esto quiere decir desprendernos de la falsa creencia que después de tener un hijo la vida será como antes. Vamos caminando con prisa y el niño quiere explorar, justamente cuando terminaste de limpiar el niño consideró genial la idea de sacar nuevamente todos los juguetes. Escenas como estas son completamente normales y debemos hacer las paces con la idea de que tendremos que ajustar nuestro horario, nuestro hogar y nuestro diario vivir a las necesidades del niño.
•Tener límites claros: Para educar de manera eficaz a nuestros hijos debemos marcar las reglas en casa con el objetivo de cumplirlas. El secreto es hacerlo de manera coherente y con firmeza y amor.
Dra. Fermina L. Román
Psicóloga

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