fbpx

El hígado graso, ¿qué es?

El hígado graso, ¿qué es?

Por: Dra. Karla Amaral-Mojica
Gastroenteróloga

El hígado graso es una condición común. Se refiere a la acumulación de grasa en el hígado que no se puede explicar con otras causas como por ejemplo uso de alcohol, algunos medicamentos u otras enfermedades que pueden producir este tipo de cambio hepático. Se puede visualizar como un espectro de enfermedad que va desde su forma más simple, hígado graso (conocido en inglés como “Non-alcoholic fatty liver (NAFL)), hasta su forma más compleja, cirrosis del hígado. En el medio de ese espectro de enfermedad están los pacientes que tienen hígado graso e inflamación que se manifiesta con elevación de enzimas hepáticas (conocido en inglés como “Non-alcoholic steatohepatitis” (NASH)). Esta condición es importante ya que un alto porcentaje de pacientes con NASH tienen lo que conocemos como el síndrome metabólico (obesidad central, diabetes mellitus tipo 2, hipertrigliceridemia, hipertensión). Pacientes con síndrome metabólico tienen un alto riego de sufrir de condiciones cardiovasculares. De ahí la importancia de identificar los pacientes a riesgo y poder dar recomendaciones que sean efectivas para tratar esta condición. Se estima que el hígado graso es la enfermedad más común hepática diagnosticada en este tiempo. Probablemente se debe en parte a la alimentación en países desarrollados y a la alta prevalencia de obesidad.

Usualmente los pacientes con hígado graso no tienen síntomas excepto aquellos que hayan desarrollado cirrosis y tengan enfermedad avanzada. Algunos pacientes pueden quejarse de un dolor vago en el cuadrante superior derecho.

Usualmente el diagnóstico es sugerido por imagen, ya sea sonograma abdominal o tomografía computarizada del abdomen (“CT scan”) donde el hígado muestra características que sugieren infiltración de grasa. El diagnóstico definitivo es por biopsia de hígado. Ésta es importante en ocasiones para descartar otras condiciones que pueden producir el mismo patrón de enzimas hepáticas altas e imágenes similares a las que produce el hígado graso. La biopsia de hígado también da información detallada de la etapa en la que se encuentra el paciente con relación a fibrosis del hígado y/o cirrosis.

Recientemente se han desarrollado técnicas no invasivas para detectar cirrosis del hígado como lo es el “fibroscan”. Este estudio es relativamente sencillo, no es invasivo, y revela de una manera confiable si el paciente tiene una fibrosis avanzada o cirrosis del hígado. No es mejor que la biopsia para detectar etapas tempranas de fibrosis hepática. También tenemos a nuestra disposición estudios nucleares para detectar en que etapa de fibrosis se encuentra un paciente sin necesidad de hacer biopsia. Cuando un paciente es diagnosticado con hígado graso es importante descartar que haya progresado a cirrosis porque en este caso se requiere un seguimiento particular y otras pruebas diagnósticas. Es importante ordenar pruebas de glucosa y lípidos además de algunas pruebas hepáticas para descartar otras enfermedades.

El tratamiento para hígado graso es multidisciplinario. La gran mayoría de los pacientes, específicamente aquellos que han desarrollado inflamación del hígado (que tienen enzimas hepáticas altas (NASH)), también padecen del síndrome metabólico por lo cual el manejo debe ser enfocado en corregir aquellas condiciones como diabetes o resistencia a la insulina, hiperlipidemia e hipertensión. Los pacientes deben bajar de peso. Estudios han demostrado que una disminución en peso de un 3%-5% puede mejorar la esteatosis (infiltración de grasa en el hígado) pero una disminución de 7%-10% es necesaria para revertir daños histopatológicos en los pacientes incluyendo fibrosis. Se recomienda una dieta hipocalórica (una disminución de 500 kcal -1000 kcal diarias) y ejercicio de intensidad moderada para poder mantener un peso adecuado a través del tiempo. Por esta razón se recomienda la intervención de un nutricionista que pueda ajustar una dieta adecuada tomando en consideración las otras condiciones del paciente. Dependiendo del perfil clínico de cada paciente se pueden comenzar algunos medicamentos en específico para tratar la diabetes o resistencia a la insulina y la hiperlipidemia (especialmente la hipertrigliceridemia). Vitaminas como la vitamina E está recomendada para pacientes con NASH no diabéticos en el cual la condición haya sido confirmada por biopsia. La efectividad y la seguridad a largo plazo de vitamina E en otros pacientes ha sido cuestionada. Por tal razón la vitamina E sólo debe ser utilizado si está recomendado por su gastroenterólogo(a).

Si usted ha sido diagnosticado con hígado graso en cualquiera de sus etapas debe ser evaluado por un gastroenterólogo(a). Siempre es importante descartar otras condiciones hepáticas que requieran otros tratamientos. Finalmente, diagnosticar y tratar condiciones relacionadas al síndrome metabólico es de suma importancia ya que como se mencionó al principio de este artículo los pacientes con este síndrome tienen alto riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares.

Share this post