Detección temprana y prevención del cáncer en los hombres
@EnSalud2017-06-01T19:44:14+00:00
De acuerdo al Registro Central de Cáncer de Puerto Rico desde el año 2005 al 2009, el 41% de los tumores en hombres era cáncer de próstata, 13% era de cáncer de colon y recto y 6.4% era de cáncer de pulmón. En hombres de 20 a 34 años de edad, el cáncer testicular se presentaba en un 24% de los pacientes con cáncer; linfomas en un 23% de los casos, leucemia en 8% de los casos y cáncer de tiroides en un 7% de los casos. En hombres menores de 20 años de edad, las estadísticas mostraban la leucemia a un 25%; los tumores del sistema nervioso central a un 22% y el Hodgkins Lymphoma a un 11%.
Sin embargo, cuando vemos las causas de muerte, los tumores que causan de un 23% hasta un 30% de la mortalidad antes de los 65 años de edad, son los cánceres de colon y recto y de pulmón. El cáncer de próstata es la causa de muerte en un 36% de los pacientes mayores de 80 años.
Aunque los tumores de la cavidad oral se ven en un 4% de los pacientes de los hombres que padecen cáncer, este tipo de cáncer es la causa de muerte en un 6% de los pacientes con tumores.
Hay dos estrategias primordiales para prevenir muertes por cáncer antes de tener un diagnóstico no planeado que requiere tratamiento: la prevención y la detección temprana.
En la detección temprana se espera detectar tumores antes de que causen síntomas y molestias. En muchos casos, se ha demostrado que, al detectarlos más temprano, los resultados de las terapias sean más satisfactorios.
En el caso del cáncer de próstata se recomienda hacer un examen rectal para examinar la próstata cada año en hombres de 40 años o más, junto con una prueba de sangre del antígeno específico prostático (PSA por sus siglas en inglés). En general, la prueba PSA de 4 o más nanogramos por mililitro debe de ser evaluada con más estudios al igual que si se encuentra una masa palpable en el examen físico.
En el caso de colon y recto se recomienda una colonoscopía al cumplir 50 años de edad, o a los 40 años si tiene historial familiar de la enfermedad. También se puede recomendar hacer la prueba de sangre oculta en la excreta, pero ésta puede no detectar algunas lesiones y/o pólipos. Existen casos que la presencia de sangre en la excreta puede ser sangre de cualquier parte del tracto gastrointestinal y de causas benignas. La colonoscopía es el estándar de la detección temprana en estos casos.
Pacientes de 50 a 74 años de edad, fumadores de una cajetilla de cigarrillos al día por 30 años (o su equivalente), deben considerar realizarse una tomografía computarizada de baja dosis de pecho una vez al año. Esta prueba ha demostrado detectar más tumores de pulmón que otras pruebas y disminuye la mortalidad de la enfermedad cuando se compara con radiografías simples de pecho.
Para tumores tipo leucemias, se recomienda desde la infancia una prueba de hematología conocida como CBC que mide las células blancas, plaquetas y células rojas. Regularmente estas pruebas se realizan junto con exámenes físicos en intervalos a decidirse por el pediatra o internista, en casos de adultos.
Lo mismo aplica para tumores del sistema nervioso central y linfomas que se ven en niños. Además de la prueba CBC, se incluye un examen detallado de los nódulos linfáticos y examen neurológico. Lo mismo aplica a los adultos.
En los tumores neurológicos no existe una detección temprana efectiva y usualmente, en ambos niños y adultos, los tumores se encuentran porque están causando síntomas. Sin embargo, se recomienda llevar a cabo un examen físico regular anualmente.
Para la detección temprana de tumores testiculares, el paciente puede examinarse a sí mismo en la ducha cada varios meses palpando los testículos para sentir masas duras que pueden ser del tamaño de un garbanzo hasta el tamaño de una canica. También se recomienda ser evaluado una vez al año por su médico.
Para tumores de tiroides, un examen físico puede ayudar con la detección temprana. Se recomienda incluir un sonograma de tiroides para mostrar si hay nódulos presentes o no. La presencia de nódulos de tiroides es una epidemia en Puerto Rico y Estados Unidos en los últimos 20 años.
Hablemos de cómo prevenir estas enfermedades. Hace más de 20 años que decidí incursionar en la medicina integral y, desde entonces, he combinado esta especialidad con mi noción en la medicina convencional como Radio-Oncólogo. Para mí, la Medicina Integral aporta una mayor contribución en la etapa de prevención, en adición a las recomendaciones convencionales.
Usualmente, las recomendaciones de instituciones como el American Cáncer Society, entre otras, es ejercitarse, mantener un peso adecuado, no fumar o beber mucho alcohol y comer más frutas y vegetales. Estas son excelentes recomendaciones que no han cambiado las estadísticas de cáncer en los últimos 40 años. La razón primordial de esto, además de que la mayoría de las personas no siguen dichas recomendaciones, es que estas sugerencias no están enfocándose en qué es lo que causa el cáncer.
En el 2010, el Instituto Nacional de Cáncer (NCI), los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y el Departamento de Salud y Servicios Humanos del Gobierno Federal, crearon una publicación titulada President’s Cancer Panel Report. Esta publicación reporta que las causas primordiales de la mayoría de los cánceres son la contaminación del aire, agua, cosechas sembradas con sustancias tóxicas como derivados de petróleo, pesticidas, metales pesados y plásticos, entre otras, y el uso de radiografías en hospitales. El 5% de casos de cáncer se atribuía a genes que se heredan de generación en generación. Lo que esto implica es que podemos, en teoría, evitar la mayor parte de los tumores si limpiamos nuestro medioambiente y nuestro interior.
Un ejemplo contundente de los hallazgos de esta publicación es que, hace algunos años, se creía que el cigarrillo era la única causa de cáncer de pulmón. Hay tanta contaminación en el medioambiente hoy día que, en los últimos diez años, he visto el cáncer de pulmón primordialmente en personas no fumadoras. ¿Por qué? Puede ser porque el respirar aire contaminado es equivalente a fumar cigarrillos a lo que toxicología y daños al pulmón se refiere.
Además de los problemas del medioambiente, actualmente existe una deficiencia nutricional debido a la contaminación en los alimentos y el agua que bebemos. Los altos costos en comida libres de tóxicos, como la denominada orgánica, obliga a la mayoría de la población a recurrir a alimentos bajos en nutrientes, en varios de los casos a ingerir comida chatarra. Y, ¿Por qué es importante mencionar la nutrición cuando hablamos de cáncer? Porque cuando un cuerpo está débil es más propenso a enfermarse y es más susceptible a virus que pueden causar cáncer u otras enfermedades.
En Puerto Rico he observado que la mayoría de los casos de tipos de linfoma, que presentan algunos de mis pacientes, han estado expuesto al virus Epstein Barr, mejor conocido como la causa de la mononucleosis infecciosa. Se creía que este virus causaba la enfermedad y después desaparecía, al igual que sus síntomas. Hoy en día sabemos que es como otros virus, tales como el de la varicela que a la larga puede dar culebrilla y el Chikungunya que puede presentar dolores en las coyunturas años después de haberse tratado. De la misma manera, el virus Epstein Barr, puede reactivarse cuando nos debilitamos y puede causar el síndrome de fatiga crónica, fibromialgia y/o artritis.
Existen muchos casos donde el paciente presenta síntomas que resultan en un diagnostico llamado síndrome de autoinmunidad. Estos síntomas pueden ser, en mi opinión, infecciones no detectadas que incluyen al virus Epstein Barr. Muchos de mis pacientes con tumores de tiroides también portan dicho virus. Este virus es una de las causas de un linfoma en niños, descubierto en África, llamado Burkitt’s Lymphoma. Los hallazgos de este tipo de linfoma se dieron a conocer a finales de los años cincuenta y el vínculo con el virus Epstein Barr se presentó a finales de los años sesenta. Si tomamos en cuenta que en Puerto Rico existe una descendencia africana en la mayoría de nuestra población, podríamos llegar al origen del virus y lo que puede causar.
A lo que los cánceres de la cavidad oral se refieren, que incluye la lengua y las amígdalas, están vinculados al virus del papiloma humano. Este es el mismo virus que causa el mismo tipo de tumor en el cuello del útero en las mujeres y podría detectarse con una prueba de sangre sugerida por su médico.
Estos tipos de virus, entre muchos otros, suelen debilitarse y desaparecer con protocolos de desintoxicación diaria que ofrece la Medicina Integral. Dichos protocolos contienen antivirales como la vitamina C y pueden ser altamente efectivos en prevenir enfermedades como el cáncer ya que se concentran en atacar la causa de la enfermedad.
Las recomendaciones que el American Cancer Society alguna vez nos dio tienen que ser actualizadas y ser más específicas. No solo es ejercitarse, mantener un peso adecuado, no fumar, regular la cantidad de alcohol que se bebe y comer frutas y vegetales. También es reducir el estrés; el estrés es uno de los factores principales para debilitar la salud. Es fundamental desconectarse de los aparatos electrónicos y salir a hacer ejercicio. Es comer de manera limpia y consiente. Sabemos cuáles son los alimentos que nos hacen daño; tratemos de balancear y procurar ingerir alimentos libres de pesticidas, hormonas, ingredientes altamente procesados, genéticamente modificados y vastos en azúcar. El azúcar es el mejor amigo de las células cancerosas. Asimismo, es el mejor amigo de un sistema inmunológico débil. Seamos prudentes al ingerir este ingrediente. Si come frutas, combínelo con ejercicio, por lo menos una caminata de 30 minutos al día para compensar la glucosa ingerida. Y cuando salga a caminar, hágalo en un lugar que lo ponga en contacto con la naturaleza. Camine en la playa, suba algún monte o, por lo menos, visite un parque y aléjese de los factores que afectan adversamente a nuestro medioambiente.
El estar bien informados, ser conscientes y tener una meta definida de cómo queremos llevar nuestra salud, son las herramientas principales para vivir una vida plena y sana que todos podemos lograr.
Por: Víctor A. Marcial Vega, MD
Radioncólogo y especialista en Medicina Integral