Conoce sobre la Salpingitis
La Salpingitis, es una condición que surge a raíz de la inflamación de las trompas de Falopio y es considerada como una de las causas de la esterilidad de origen tubárico en la mujer. Su causa mayormente es por la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) que ocurre cuando las bacterias se movilizan desde la vagina o el cuello uterino hasta el útero, las trompas de Falopio, los ovarios o la pelvis.
La Salpingitis se define como la inflamación en una o en las dos trompas de Falopio. El 60% de los casos afecta a las dos trompas. Mayormente se detecta en mujeres en edad fértil entre los 15 y los 24 años. Aproximadamente se detecta entre 10 y el 15% de las mujeres sexualmente activas, ya que una de las causas más frecuentes en la inflamación de las trompas es a raíz de infecciones genitales, sobre todo de transmisión sexual (ETS). De estas aproximadamente un 40% terminan en Salpingitis. Se conocen dos tipos de Salpingitis, la aguda y la crónica.
La Salpingitis aguda es la que mayores síntomas presenta. Entre estos: fiebre y dolor agudo. La salpingitis crónica no siempre presenta síntomas. Usualmente se podría manifestar después del período menstrual.
Esta enfermedad se trata de inflamaciones de las estructuras pélvicas, del útero y de las trompas de Falopio que podrían obstaculizar el paso del embrión hacia el útero, conocido como embarazos ectópicos. Aproximadamente el 50% de los embarazos ectópicos se deben a esta situación.
La Salpingitis provocada por enfermedad de transmisión sexual es originada en la mayoría de los casos por varios tipos de bacterias tales como Chlamydia trachomatis, cuya infección suele comenzar en la vagina ascendiendo posteriormente hacia el tracto genital superior.
Estudios indican que en Estados Unidos aproximadamente cerca de 1 millón de mujeres experimentan esta enfermedad y que 1 de cada 8 adolescentes activas sexualmente presentarán síntomas de esta enfermedad antes de los 20 años.
Otros patógenos posibles que se transmiten por vía sexual y causan este tipo de inflamación son el gonococos en un 5% de los casos y el micoplasma en menor frecuencia.
La salpingitis se manifiesta en el tiempo de forma variable y pueden pasar de 2 días a 3 semanas o incluso meses después de haber tenido el contacto con el agente patógeno. Algunos factores de riesgo son: múltiples parejas sexuales, pareja masculina con infección genital, cirugía pélvica previa, haber utilizado el DIU (dispositivo intrauterino), como método anticonceptivo y haber tenido antecedentes de enfermedad inflamatoria pélvica (EPI).
Es importante resaltar que las bacterias también podrían penetrar al organismo a través de procedimientos quirúrgicos o realizados en el consultorio como el parto, biopsia de endometrio, inserción de un dispositivo intrauterino (DIU), abortos selectivos, espontáneos y terapéuticos.
Los síntomas de esta enfermedad pueden variar según el patógeno, pero el más común es el dolor en la zona pélvica, manifestado aproximadamente en el 99% de los casos. Además de este síntoma puedes manifestarse otros como: dolor durante la ovulación, fiebre, náuseas y vómitos, escalofríos, fatiga, relaciones sexuales dolorosas, menstruaciones irregulares, molestia al orinar, secreción vaginal con color, consistencia y olor anormal y dolor abdominal, entre otras. Las infecciones por enfermedad inflamatoria pélvica pueden causar cicatrización de los órganos pélvicos.
Para diagnosticar la salpingitis es necesario realizar un historial y examen físico de la paciente para detectar si existe inflamación y dolor en la parte baja. También se realizan análisis de sangre y se lleva a cabo un cultivo de las secreciones vaginales para detectar qué tipo de patógeno se encuentra. Se analizan los glóbulos blancos, sonograma el cual será la mejor herramienta para detectar y evaluar una salpingitis, tomografía computarizada de la pelvis, examen de proteína y tasa de sedimentación eritrocitica (ESR).
Si se realiza un diagnóstico rápido, se puede controlar la situación con medicamentos. Usualmente los medicamentos son antibióticos y antinflamatorios para el dolor. En algunos casos se requiere hospitalización. Es importante que la pareja también utilice antibióticos, para que el tratamiento sea efectivo en caso de presentar una inflamación pélvica. De ser un diagnóstico tardío puede haber mayores complicaciones, se lleva a cabo un tratamiento más fuerte y se prolongarán los síntomas incómodos. En algunos casos puede necesitarse cirugía y drenaje cuando la infección haya generado un absceso pélvico y exista una acumulación de pus comúnmente en la Trompa de Falopio.
El riesgo de una enfermedad inflamatoria pélvica se puede reducir haciéndose exámenes regulares de detección para infecciones de transmisión sexual. A las parejas se les pueden hacer exámenes antes de comenzar a tener relaciones sexuales. De esta manera se podrán detectar infecciones que aún no están causando síntomas.
Todas las mujeres sexualmente activas entre los 20 y 25 años o activas sexualmente deben hacerse exámenes cada año para clamidia y gonorrea. Estas pruebas también deben realizárselas las mujeres con nuevos compañeros sexuales.
Pacientes que estén en tratamiento se les recomienda que eviten las relaciones sexuales sin protección durante el periodo que dure el tratamiento. Los especialistas también recomiendan que las mujeres que tengan síntomas similares consulten con su médico para una posible detección temprana y poder minimizar riesgos.
Por: Dr. Jaffet Seda Rodríguez
Ginecólogo Obstetra