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“A mí no me gusta estudiar”

“A mí no me gusta estudiar”

Escuchar a sus hijos diciendo frases como “A mí no me gusta estudiar” no les toma por sorpresa a muchos padres. Sin embargo, la escuela es parte integral del desarrollo de los niños. En ella desarrollan destrezas de socialización, independencia y los dirige en su proceso de aprendizaje. Cuando se observan conductas de evasión en los niños no se deben pasar por alto. Esto se considera una alerta, algo esta fallando.
Muchos padres describen que sus hijos evitan sentarse a estudiar, se quejan de que “es mucho” al enfrentarse a las tareas o realizan las tareas con una actitud negativa. Frecuentemente la hora de estudio es dominada por tensión en el núcleo familiar, termina en pataletas, gritos y castigos. Si esto está sucediendo se deben revisar las rutinas de estudio en el hogar. Les brindo algunas recomendaciones:
 -Establezca un lugar propicio para estudiar con su hijo, buena iluminación, cómodo,  libre de distractores o interrupciones tanto para usted como para su hijo.
-Cree una rutina, asignando una hora fija para el periodo de estudio. Ayude a su hijo a aprender esa rutina con recordatorios en su ambiente que lo ayuden a organizarse y preparase. Por ejemplo, siempre estudiamos cuando se termina cierto programa de televisión.
-Recuerde brindar descansos durante el periodo de estudio. Intercale las tareas más sencillas con las más complejas. Si el material es muy complejo divídalo en porciones pequeñas para mantener su atención y evitar la frustración.
-Utilice el refuerzo positivo. Los niños responden mejor al a recompensa que al castigo. Felicite frecuentemente a su hijo por el esfuerzo realizado, fortaleciendo su autoestima.  Si mantuvo una buena actitud durante el proceso, brinde recompensas al terminar de estudiar. Por ejemplo, permítale acceso a su juego favorito u organice una actividad familiar de su agrado como recompensa a su esfuerzo. Sea creativo.
Si ya lo intento todo… considere que su hijo pudiera estar enfrentando problemas emocionales y/o de aprendizaje.
Hable con las maestras y personal escolar. Discuta las observaciones sobre su conducta dentro y fuera del salón de clase. Pregunte sobre sus patrones de socialización. Identifique si ha ocurrido alguna situación en la escuela que pueda asociar a la conducta de su hijo. Pregunte si su hijo presenta mayor dificultad que sus compañeros de clase en alguna destreza, como la lectura, la escritura o las matemáticas. Tome en cuenta que condiciones médicas que no hayan sido identificadas como el Déficit de Atención e Hiperactividad, la depresión y la ansiedad, entre otros, pueden interferir con el proceso de aprendizaje en los niños.
No tema a buscar ayuda. Profesionales de la salud como los psicólogos y los Psiquiatras de Niños y Adolescentes lo pueden ayudar a que el proceso de aprendizaje de su hijo sea más llevadero y efectivo.
Por:María del Mar Estremera Ríos/MD y Psiquiatra de Niños y Adolescentes

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